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Se estima que el sector de la construcción es responsable de una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono. Unos investigadores de la Universidad Chalmers de Tecnología y la Universidad de Gotemburgo, ambas en Suecia, han evaluado las oportunidades de reducir las emisiones en un tramo de carretera de ocho kilómetros que forma parte de la autopista sueca 44 entre Lidköping y Källby, que se terminó en 2019. Fue uno de los primeros proyectos de la Agencia de Transporte de Suecia en el que se hizo un cálculo climático completo. Todos los materiales y actividades involucradas en la construcción del tramo de la carretera fueron calculados por su impacto climático total (energía y materiales utilizados en la construcción y a qué emisiones contribuyen estos).
El equipo de Ida Karlsson utilizó el cálculo climático de Skanska (la empresa constructora del tramo de carretera) como punto de partida para desglosar las emisiones por materiales y actividades y luego analizó cuánto más podrían reducirse. Se analizaron varias cuestiones, entre ellas los materiales usados, la fabricación de dichos materiales, las alternativas disponibles y cómo podrían desarrollarse esas alternativas desde hoy hasta el año 2045.
El cálculo climático muestra que la empresa constructora fue capaz de reducir en un 20 por ciento las emisiones generadas en la construcción del tramo de carretera, respecto de los valores de referencia de la Agencia Sueca de Transporte. Pero los investigadores también han demostrado que las emisiones de la construcción del tramo de carretera podrían haberse reducido a la mitad con tecnología ya disponible y eliminarse completamente si la construcción se hubiera realizado en 2045.
Los investigadores evaluaron las oportunidades para reducir las emisiones en un tramo de carretera de 8 kilómetros de la autopista sueca 44, entre Lidköping y Källby, que se terminó de construir en 2019. (Foto: Skanska)
La investigación de Ida Karlsson forma parte de un proyecto para lograr reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y que se concentra en conseguir cosas como por ejemplo, la producción de acero, cemento, hormigón y asfalto sin emisiones de dióxido de carbono, lo que permitiría construir carreteras, edificios y demás sin la contaminación medioambiental a la que hoy, por desgracia, está asociada esa actividad. En este aspecto, el proyecto mira más allá de meramente lograr que todos o casi todos los vehículos usen energía limpia o al menos combustibles neutros en carbono (que la cantidad de carbono emitida durante su uso quede compensada por la misma cantidad de carbono absorbido durante su elaboración).
Alcanzar algunos de estos objetivos requerirá avances tecnológicos, pero lo que ahora puede lograrse con tecnologías existentes es más de lo que podría parecer. En este sentido, Karlsson destaca estas cuatro medidas que ya pueden ponerse en práctica ahora si existe voluntad política para ello:
- Optimización del transporte
- Reciclaje y reutilización del asfalto, el acero y las masas de excavación (tierra y demás materias extraídas del subsuelo al excavar)
- Optimización de la eficiencia de los materiales y de su diseño
- Reemplazo del clínker del cemento Portland como aglutinante en el hormigón (NCyT)