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Al colaborador directo de Johnson se lo acusa de haber violado las restricciones del encierro impuesto por el coronavirus y de comportarse con soberbia por encima de la ciudadanía.
El primer ministro llamó ayer "legal y responsable" el comportamiento de Cummings quien, después de sentir los síntomas de Covid-19 el 27 de marzo, como su esposa, viajó 500 kilómetros desde Londres a Duhram, para aislarse en un ala de la casa de los padres.
El asesor justificó la acción como una necesidad vinculada a proporcionar la asistencia del hijo de 4 años. Pero no apaciguó a los medios de comunicación, a la oposición, ni a algunos diputados del propio oficialismo, incluso tampoco a varios asesores científicos del gobierno y hasta dos obispos cargaron contra él. El escándalo oscurece el anuncio de las primeras etapas de una Fase 2 en Inglaterra, con la reapertura de algunas escuelas desde el 1ro de junio.
Por ahora solo en Inglaterra, en primer grado y sexto y sin obligaciones para los institutos que creen que no pueden garantizar la enseñanza a distancia, turnos y clases reducidas.
The Guardian y The Mirror, periódicos pro laboristas que denunciaron primero la historia de Cummings, atacan al asesor por no haber renunciado ante el escándalo.
The Mirror incluso califica hoy a Johnson como "un cobarde" y al asesor como "un tramposo". Mientras que incluso un tabloide de derecha como el Mail se levanta contra una interpretación de las reglas de bloqueo que parece aplicarse de una manera al entorno del gobierno y de otra a los ciudadanos comunes.
Y se pregunta con desdén: "en qué planeta viven" en Downing Street, la sede del gobierno. The Guardian también especula que la policía local puede abrir una investigación sobre la sospecha posterior de que Cummings se mudó nuevamente el 12 de abril, después del aislamiento de 14 días y posiblemente de regreso a Londres, a un centro turístico a 30 kilómetros de Durham. Aparentemente, encima, lgo regresó de sus padres a Londres el 19 de abril. Al menos según lo que denuncian dos testigos, en un presunto ida y vuelta que pudo desparramar el Covid-19 por todos lados.
En este sentido, el ministro de Educación, Gavin Williamson, dijo hoy que creía que la reconstrucción del supuesto viaje del 19 era falsa, aunque admitía la del 12.
En el frente político opuesto, el líder laborista Keir Starmer acusó a BoJo -como llaman a Johnson- de "insultar" a ciudadanos británicos que se adhirieron obedientes a las restricciones gubernamentales; mientras que el primer ministro escocés, Nicola Sturgeon, le reprochó por poner "su interés político por encima del interés público". También aumentan las protestas de los oficiales de policía, el aparato del gobierno del Servicio Civil y varios asesores científicos del gobierno que trabajan en el frente de emergencia de coronavirus.
Entre ellos, el profesor Stephen Reicher, quien dice que está "desconcertado" y reprocha a Johnson por "tirar a la basura la credibilidad de las recomendaciones dadas a la población". (ANSA)