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Andrés Manuel López Obrador no está dispuesto a ceder sobre su plan de no tomar deuda para sortear la crisis económica derivada de la pandemia. Por el contrario, afirma que ése es un camino no conveniente y para ejemplo habló del caso argentino y los créditos adquiridos: "Nosotros no vamos a hacer eso".
La presión persiste desde los mercados financieros y los grupos empresariales en México para que la 4T tome el camino de la deuda y así poder ampliar el plan de contingencia para sostener a las pymes y al empleo, que ya perdió 500,000 puestos en abril y perdería más de 400,000 en mayo, según los cálculos del propio López Obrador. Los escenarios más pesimistas hablan de un PIB al -10% para el cierre del año.
Desde el inicio de esta crisis, los líderes empresariales han intentado impulsar una serie de propuestas, cuyo eje central es precisamente el endeudamiento y el apoyo del gobierno para poder solventar los costos durante estos meses, incluyendo el pago a trabajadores y una tregua en el pago de los impuestos.
Pero López Obrador también insiste en que no tomará ese camino. Por el contrario, advierte que va a insistir en su modelo económico: "Quiero convencer a los sectores de más ingresos sobre este modelo, que es el que nos conviene a todos".
Durante su conferencia matutina de este lunes hizo referencia al caso argentino, como un ejemplo de los riesgos de tomar deuda. Recordó que en el gobierno anterior -de Mauricio Macri- se desempeñó bajo un modelo neoliberal ortodoxo y que "ya con síntomas de debilidad económica y financiera, el Fondo Monetario Internacional le autorizó créditos".
Prosiguió con el relato: "¿A qué llevó? A una tremenda crisis, muy cercana a la bancarrota. Ahora, en estos días, está la negociación sobre la deuda de Argentina, y hasta donde sé, tiene que ver, cuando menos, una quita de la deuda del 50%".
Tras este ejemplo, afirmó: "Nosotros no vamos a hacer eso. No vamos a actuar como se decidió hacerlo hace cinco años en Argentina, aunque no les guste a los organismos internacionales, aunque no les gusta a calificadores, a los defensores del modelo neoliberal, aunque el Proceso diga que estamos asfixiando a la economía nacional. Lo más sencillo era tomar deuda".
Un punto que López Obrador no mencionó: el actual gobierno de Argentina está dando un amplio apoyo a las empresas -de todo tamaño- cuya facturación se haya desplomado. Esas empresas reciben hasta el 50% de los salarios de sus empleados para poder subsistir estos meses, una medida que reclaman las patronales mexicanas y la 4T se niega a implementar.
Por otro lado, López Obrador reconoció que dentro de las peticiones de los empresarios no estaba la condonación de impuestos, sino solo el aplazamiento en el pago de los mismos. Sin embargo, explicó que no lo autorizó pues en el pasado "abusaron mucho".
"A veces, se tiene que aplicar por parejo una medida. Es que han abusado con eso. Si yo hubiese autorizado eso, a lo mejor me hubiesen aplaudido, pero no tendríamos esa recaudación -refiriéndose a los datos de abril- Imagínense cómo financiamos la educación, la salud, las necesidades básicas indispensables del pueblo. No puedo correr ese riesgo.
Los cálculos que hace el presidente mexicano es que durante el tiempo que duró el confinamiento se habrían perdido un millón de empleos, con la mayor presión durante abril, medianamente en mayo y ya empezando la recuperación hacia finales de junio. Sin embargo, el plantea que su plan permitirá la creación de dos millones de empleos.
La apuesta está en sus programas sociales, apoyos al campo, en sus grandes obras de infraestructura y otros proyectos que, asegura, impulsarán sobre todo el sector de la construcción. Además de insistir en el combate a la corrupción. "Vamos bien", afirma.(LPO)