Si te interesa conocer más de la ortodoncia invisible, aquí detallaremos dos tipos específicos de ella. Ortodoncia lingual La ortodoncia lingual es similar a la tradicional, pero difiere de ella porque sus brackets son menos gruesos, y que ellos se colocan en la parte posterior de los dientes de modo que no pueden visualizarse desde el exterior. Por esto se dice que es ortodoncia invisible. La ortodoncia lingual se puede hacer con materiales estandarizados, pero lo común es que los aparatos se fabriquen a la medida del paciente mediante un programa informático tridimensional, lo que asegura una mayor comodidad. Aunque los brackets de la ortodoncia lingual se fabrican a la medida, intentando ser lo más finos posible, requieren en la mayoría de los casos de un periodo de adaptación de generalmente dos o tres semanas. Y no es un sistema removible. Invisalign La técnica “invisalign” se basa en la fabricación personalizada de materiales plásticos de férula transparente en cuyo interior se insertan un conjunto de accesorios orientados al control del desplazamiento de los dientes a su lugar correspondiente. Estos materiales han de cambiarse cada 2 semanas (el propio paciente puede hacerlo) según las indicaciones de un programa informático que determina la evolución del proceso correctivo en cada momento. Los materiales pueden removerse y recolocarse según lo necesite la persona. De acuerdo a Sanitas, el invisalign no emplea alambres ni brackets, por lo que no debes preocuparte por laceraciones ni otras molestias asociadas a esos elementos. Como se puede quitar para comer y cepillarse los dientes de manera cómoda, se facilita en gran medida el cuidado de la higiene bucodental. Esta es la técnica más reciente de ortodoncia invisible, por lo que su uso todavía no es especialmente masivo. Sin embargo, tanto ella como la ortodoncia lingual son procedimientos bastante efectivos y recomendados para la salud bucodental. (EDNY)