La huelga, a la que adhieren pilotos, asistentes de vuelo y personal de tierra, fue organizada por los sindicatos para protestar contra la larga crisis de las compañías aéreas italianas, en particular de Alitalia, la principal aerolínea del país. "Para Alitalia exigimos un plan industrial que incluya una recuperación concreta de la compañía y garantice inversiones y crecimiento, sin sacrificios en términos de empleo", explicaron portavoces del mayor sindicato del país, CGIL. "No se puede perder tanto tiempo, debemos actuar para salvar Alitalia", pidieron. La empresa presenta pérdidas desde años y está bajo la tutela del Estado desde 2017, después de que los trabajadores rechazaran un plan de reestructuración que incluía el recorte de 1.700 puestos sobre un total de 11.000 empleos. Desde entonces el gobierno busca uno o más compradores, pero sin éxito. Los sindicatos tienen previsto reunirse el martes con el ministro de Desarrollo Económico, Stefano Patuanelli, para analizar la situación. Interrogada el jueves por la noche sobre la posibilidad de que un grupo extranjero tome el control de Alitalia, la ministra de Transporte, Paola De Micheli, aseguró que "no puede excluirlo" aunque advirtió que debe ser "europeo". La empresa estadounidense Delta anunció que está disponible a invertir 100 millones de euros en Alitalia y convertirse en accionista minoritario, con el 10% del capital. La firma Atlantia, de propiedad de la familia de Luciano Benetton, y el grupo ferroviario público italiano Ferrovie dello Stato (FS), han estado tratando de construir una alianza con Delta, pero sin éxito hasta ahora. (AFP)